La conquista de hispania y su romanizacion
Se conoce como romanización el proceso por el que la
cultura romana se implantó en la Península ibérica.
Los romanos llegaron a España no para conquistarla,
sino para combatir con los cartagineses, sus enemigos más
poderosos.
Además del interés puramente militar, Roma sueña con
reconstruir el imperio económico griego y además la Península es
rica en materiales que en Italia escasean (oro, plata, cobre y
hierro), así como materiales para la construcción naval: madera y
esparto. La Península puede suministrar miles de soldados para el
ejército romano, y les interesa dominar las zonas productoras de
cereales para alimentar a un ejército y una población en
expansión.
Como consecuencia de la primera guerra púnica,en el
año 226, Roma y Cartago firmaron un acuerdo para repartirse su
influencia en el territorio de Hispania: Roma al norte del Ebro y
Cartago al sur.
En el año 218 a.c. las legiones romanas desembarcaron
en Ampurias. La conquista duró doscientos años hasta que en el
19 a.c., consiguieron someter a cántabros y astures.
Durante estos doscientos años, a pesar de la tolerancia
mostrada por los romanos, tuvo lugar la adaptación al modo de
vida romano, lo que se conoce como romanización. Ello supuso
un cambio de vida tales como la lengua, la religión, el urbanismo,
el comercio, las costumbres...
La cultura romana tuvo mayor influencia en el sur y el
sureste, por el contrario, los pueblos del Norte y del interior
sufrieron una influencia mucho menor.
Bajo la dominación romana Hispania fue objeto de
varias divisiones. La primera en dos provincias: Citerior y Ulterior,
aplicando criterios militares. En tiempos de Augusto, Hispaniaseguía dividida en dos provincias: Citerior o Tarreconensis y Ulterior
que a su vez estaba dividida en Lusitania y Bética.
Ya en tiempos de Diocleciano, Hispania estaba dividida
en cinco Provincias: Tarraconensis, Cartaginensis, Bética, Lusitania
y Gaélica.
El romano libre es ante todo, un ciudadano, según este
ideal, la soberanía pertenece al conjunto de los ciudadanos que
forman las ciudades. La mayoría de las ciudades actuales fueron
fundadas por los romanos.
Los romanos consiguen la unificación lingüística. El latín
acaba por imponerse como lengua común y de él derivarán
todas las lenguas románicas.
En el proceso de romanización tuvieron un papel
decisivo las vías de comunicación. Partiendo de Roma se
construyeron las primeras calzadas por razones militares y para
facilitar el transporte de mercancías uniendo áreas productivas con las consumidoras. Abrieron rutas por todo el país, poniendo
en contacto zonas que hasta entonces habían estado aisladas.
Los constructores romanos fueron los creadores de
técnicas de construcción, herramientas y materiales. En la
arquitectura romana no hay ningún edificio dominante, sino una
diversidad de obras: hidráulicas, como puentes, acueductos y
complejos termales; circos, templos, teatros y anfiteatros...
El Derecho romano es una de las mayores creaciones
del pueblo romano y una de las mayores aportaciones a la
civilización occidental que no desapareció con la caída del
Imperio, ya que ha sido adaptado desde la Edad Media,
pasando por la modernidad. El sistema jurídico de Roma es el
núcleo del Derecho de todo occidente. Reivindica los derechos
del individuo y especialmente el derecho a la propiedad.
El cristianismo se difundió rápidamente por todo el
Imperio romano, llegando también a la Península.
El proceso de romanización fue lento y difícil. Tardó más
de doscientos años, y los pueblos lusitanos y celtibéricos se
sublevaron en diversas ocasiones.
La ciudad de Numancia, cuyos habitantes resistieron
durante ocho meses al asedio romano, acabaron suicidándose
colectivamente antes de rendirse.
También hispania hizo aportaciones importantes al
Imperio Romano. Los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio
nacieron en España. Séneca nació en Córdoba y se educó en
Roma, fue un gran filósofo.
Como resúmen final, la romanización de la península fue
un proceso lento, difícil y completo, aunque en el norte no
alcanzó tanto relieve, del que todavía quedan vestigios tanto
arquitectónicos, como culturales a pesar de los siglos transcurridos
y que pueden contemplarse en toda la península, algunos mejor
conservados o restaurados y otros en su estado primitivo.
cultura romana se implantó en la Península ibérica.
Los romanos llegaron a España no para conquistarla,
sino para combatir con los cartagineses, sus enemigos más
poderosos.
Además del interés puramente militar, Roma sueña con
reconstruir el imperio económico griego y además la Península es
rica en materiales que en Italia escasean (oro, plata, cobre y
hierro), así como materiales para la construcción naval: madera y
esparto. La Península puede suministrar miles de soldados para el
ejército romano, y les interesa dominar las zonas productoras de
cereales para alimentar a un ejército y una población en
expansión.
Como consecuencia de la primera guerra púnica,en el
año 226, Roma y Cartago firmaron un acuerdo para repartirse su
influencia en el territorio de Hispania: Roma al norte del Ebro y
Cartago al sur.
En el año 218 a.c. las legiones romanas desembarcaron
en Ampurias. La conquista duró doscientos años hasta que en el
19 a.c., consiguieron someter a cántabros y astures.
Durante estos doscientos años, a pesar de la tolerancia
mostrada por los romanos, tuvo lugar la adaptación al modo de
vida romano, lo que se conoce como romanización. Ello supuso
un cambio de vida tales como la lengua, la religión, el urbanismo,
el comercio, las costumbres...
La cultura romana tuvo mayor influencia en el sur y el
sureste, por el contrario, los pueblos del Norte y del interior
sufrieron una influencia mucho menor.
Bajo la dominación romana Hispania fue objeto de
varias divisiones. La primera en dos provincias: Citerior y Ulterior,
aplicando criterios militares. En tiempos de Augusto, Hispaniaseguía dividida en dos provincias: Citerior o Tarreconensis y Ulterior
que a su vez estaba dividida en Lusitania y Bética.
Ya en tiempos de Diocleciano, Hispania estaba dividida
en cinco Provincias: Tarraconensis, Cartaginensis, Bética, Lusitania
y Gaélica.
El romano libre es ante todo, un ciudadano, según este
ideal, la soberanía pertenece al conjunto de los ciudadanos que
forman las ciudades. La mayoría de las ciudades actuales fueron
fundadas por los romanos.
Los romanos consiguen la unificación lingüística. El latín
acaba por imponerse como lengua común y de él derivarán
todas las lenguas románicas.
En el proceso de romanización tuvieron un papel
decisivo las vías de comunicación. Partiendo de Roma se
construyeron las primeras calzadas por razones militares y para
facilitar el transporte de mercancías uniendo áreas productivas con las consumidoras. Abrieron rutas por todo el país, poniendo
en contacto zonas que hasta entonces habían estado aisladas.
Los constructores romanos fueron los creadores de
técnicas de construcción, herramientas y materiales. En la
arquitectura romana no hay ningún edificio dominante, sino una
diversidad de obras: hidráulicas, como puentes, acueductos y
complejos termales; circos, templos, teatros y anfiteatros...
El Derecho romano es una de las mayores creaciones
del pueblo romano y una de las mayores aportaciones a la
civilización occidental que no desapareció con la caída del
Imperio, ya que ha sido adaptado desde la Edad Media,
pasando por la modernidad. El sistema jurídico de Roma es el
núcleo del Derecho de todo occidente. Reivindica los derechos
del individuo y especialmente el derecho a la propiedad.
El cristianismo se difundió rápidamente por todo el
Imperio romano, llegando también a la Península.
El proceso de romanización fue lento y difícil. Tardó más
de doscientos años, y los pueblos lusitanos y celtibéricos se
sublevaron en diversas ocasiones.
La ciudad de Numancia, cuyos habitantes resistieron
durante ocho meses al asedio romano, acabaron suicidándose
colectivamente antes de rendirse.
También hispania hizo aportaciones importantes al
Imperio Romano. Los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio
nacieron en España. Séneca nació en Córdoba y se educó en
Roma, fue un gran filósofo.
Como resúmen final, la romanización de la península fue
un proceso lento, difícil y completo, aunque en el norte no
alcanzó tanto relieve, del que todavía quedan vestigios tanto
arquitectónicos, como culturales a pesar de los siglos transcurridos
y que pueden contemplarse en toda la península, algunos mejor
conservados o restaurados y otros en su estado primitivo.
Comentarios
Publicar un comentario